martes, 29 de julio de 2008

Refugios



Foto: I.N., La tumba de Albert Camus en Lourmarin, 2008

Contra el calor, contra la invasión de cemento y corrupción que me enferma, para olvidar lo que está pasando en este país, en esta ciudad, y lo que nos viene en el mundo (anoche una amiga judía y cosmopolita reconvertida en isleña y ahora a punto de irse a Berlín me decía que las crisis económicas le preocupan sobre todo por las posibles contrapartidas políticas. Y tiene razón, pero de esto hablaré en Polis. Me refugio de momento en mis lecturas (por cierto, en La Vanguardia Cultura/s de hoy, mi reseña de Peter Cameron y su recomendable novela que pronto se estrenará en cine), y en la escritura, y en la nostalgia del itinerario provenzal, no puedo resistir la tentación de poner aquí un poema que Antoni Clapès dedicó a la tumba de Albert Camus.
Camí solitari d’espígols
i romanins marcits:
el mur atrapa el reflex
del silenci, l’heura evoca
la possibilitat del mot.
Glaçada
llum de lluna.
Y otros dos dedicados a Luberon, también en la Provence...
Imperceptible bonior
d’insectes en l’arena
de l’alzinar.
Com retenir
aquesta música de l’ànima?

______________________
Migdia ardent: flonges
campanades, pluja
de borrons d’acàcia.
Només la invisible llum
fa visible el món.

Antoni Clapès (Alta Provença)

Mientras, sigo con los testimonios sobre el psicoanálisis en La regla del juego, título renoiriano (cómo me gustó esa película! Casi tanto como El río... Ninguna de las dos me ha abandonado...), libro lleno de itinerarios autobiográficos, de reflexión, de deseo, pensamientos, humanismo... un refugio como la Provence, como los poemas de Clapès, como mi deseo de seguir escribiendo esos cuentos, como la anunciada visita de interesantes franceses. En la calle, he visto un momento a mi hermana italiana y a su Yassine, junto al azufaifo: tengo que hacer una coca de verduras para la cena de esta noche, a hora europea. G. duerme a pierna suelta, a pesar de la charla agudísima de las golondrinas en el patio, pesa más su ritmo de vacaciones. Dentro de unos días se irán en bici al pays gabache. La gata también duerme, pero a veces se levanta a una de sus patrullas. La he visto observando un momento el cuerpo indolente de G, tal vez valorando si podría unirse a él sin peligro de ser descubierta. ¿O tal vez ha visto alguno de esos mosquitos tigre que nos atacan?

1 comentario:

Ephemeralthing dijo...

"El rio", película que vi ni sé la de años que hace y que me conmovió de manera extraordinaria. Ojalá pudiera verla pronto otra vez.
Me gusta visitar también los cementerios:
http://ephemeralthing.blogspot.com/2007/11/cimetire.html
De alguna forma significa el reconocer como personas de "carne y hueso" a esos personajes públicos ya desaparecidos a los que admiramos. Es también una manera de agradecer lo que hayan podido hacernos descubrir, pensar, etc.
Una última vez visité a François Truffaut, invocándole para que sirviera para poner un poco de orden a mi vida amorosa.